Mientras esperaba mi turno para ingresar a una consulta médica, vi una pareja saliendo del consultorio del doctor que realiza las ecografías, lo que llamó mi atención fue la actitud del joven, pues tenía un rostro de enojo y decepción, al punto de llegar a las lágrimas;  rápidamente se les acercó otra joven y preguntó: ¿qué es? La joven mamá respondió: es una nena.

Durante mi espera en ese lugar, pude oír las palabras de este joven: “Qué decepción”, “¿Por qué mujer?”, “¡Qué vergüenza!” y muchas cosas más; estaba muy claro que el bebé que estaba esperando no era lo que quería.

Tenemos la capacidad de soñar y planificar muchas cosas y situaciones, pero ¿qué pasaría si lo que deseamos no está en los planes de Dios? ¿Cómo debemos reaccionar?

Isaías 55:8 dice: “Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—.Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse.” (NTV)

¡Cuán difícil es comprender que Dios tiene planes distintos! Hasta podríamos decir que es doloroso, nadie está preparado para que le digan ¡No, eso no! o ¡Espera, no es el tiempo!

Nos decepcionamos cuando nuestros proyectos fracasan. Conocí a una muchacha que proyectó su vida hasta los 30 años, su plan consistía en casarse a los 28 años y ser madre a los 30, pero ya tenía 31 y nada de lo que había pensado lograr se hizo real y estaba muy molesta con Dios y decepcionada de su vida. Todos tenemos planes que deseamos ver realizados pero también debemos estar conscientes de que Dios puede tener algo diferente para nosotros y de seguro mucho mejor.

Si no has logrado lo que deseas, no te desesperes y no dejes que la frustración te lleve a enojarte con Dios, ten paciencia y espera porque aunque sus planes sean diferentes a los tuyos, son buenos, muchas veces es necesario que Dios cambie nuestros propósitos personales para evitarnos problemas y sufrimiento.

Si nada de lo que pensaste y soñaste ha ocurrido en tu vida, pero tu confianza está en Dios ten la seguridad que hay algo mejor para ti.

“(…) «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado  lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman” 1 Corintios 2:9 (NTV).

Por Judith Quisbert

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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