Una casa, un puente, una autopista o cualquier otra construcción requiere de estudios especiales, evaluación de suelos, materiales, planificación, pruebas y muchas cosas más que puedan asegurar que lo que vayamos a construir no se caerá rápidamente.

Nadie que valore lo que está construyendo se animará a poner la primera piedra sin tener por lo menos un esquema de lo que quiere ni utilizará los peores materiales del mercado. Todos sabemos que para que algo perdure en el tiempo debe estar bien construido y se debe usar lo mejor.

Los cimientos que pongamos serán los que determinen cuán grande pueda ser la obra arquitectónica.  Nadie sensato se animará a construir un edificio de 20 pisos con fundamentos de una casa de una planta y menos en suelo arenoso.

Lo mismo sucede con nuestras vidas, lo que lleguemos a ser y cómo enfrentemos  las diferentes circunstancias de nuestras vidas dependerán esencialmente de nuestros cimientos, del fundamento que tengamos. Cuando nos dedicamos a decorar la casa antes de edificar los fundamentos los problemas llegan y se llevan lo poco que hayamos podido adquirir.

En Mateo 7:24 – 27 hay un relato de dos hombres que construyeron sus casas, uno sobre la Roca al que califica como sabio;  y el otro conocido como el hombre necio que edificó sobre la arena. Cuando llegó la inundación el agua golpeó contra la primera casa y no pudo moverla más para el segundo fue grande su ruina.

Es muy difícil saber qué intensidad tendrán las tormentas o cuánto subirán las aguas en nuestras vidas, pero si nuestros cimientos son firmes, nada nos derribará. Es por eso que la gente que conoce su propósito, que ha edificado su vida con principios firmes, ha podido enfrentar y pasar mejor las crisis de la vida y ha crecido con cada adversidad. En cambio, aquellas personas que viven porque hay que hacerlo, que viven sin un propósito, sin una meta son las primeras en caer ante la más leve tormenta.

Nuestras vidas son una obra maestra y debemos cuidar de construirlas con los cimientos necesarios para llegar a ser lo que Dios quiere que seamos. ¿Dónde están los cimientos de tu vida?

“Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?” Salmos 18:31

El gran secreto para que podamos enfrentar las tormentas de la vida, para que alcancemos nuestros sueños y Dios pueda concretar su propósito en nosotros es que debemos tener cimientos firmes y poner nuestros pies sobre la Roca.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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