Las viejas costumbres dicen que para tener un año próspero debemos seguir algunas tradiciones típicas del lugar donde nos encontremos cuando el reloj marque las 12:00 de la noche, por ejemplo: para que no llores debes tomar agua, para el amor y el dinero debes colocarte ropa interior amarilla o roja, debes contar dinero para que no te falte todo el año, debes salir de tu casa con una maleta si deseas viajar. Para alejar las enfermedades debes usar ropa blanca y comer las famosas 12 uvas para te vaya bien cada mes.

El paso a un año nuevo es el momento en que florecen en todas las culturas las supersticiones y los ritos para atraer la suerte y conjurar su destino. Es el mito del eterno retorno de la esperanza en un nuevo comienzo. Las personas piensan que haciendo todas estas cosas su vida cambiará y mejorará.

Uno puede poner su confianza en todos éstos ritos si lo desea, sin embargo, debe saber que ellos no provienen de Dios, todas aquellas creencias, supersticiones, son ideas humanas y muchas son creadas por el mismo enemigo, el diablo, para que pongamos nuestra confianza en objetos y lugares equivocados.

“Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará”. Salmos 37:5 (RV  1960)

Éste año no lo empieces confiando en la suerte,  en un amuleto, o en creencias que para nada están en la voluntad de Dios y por ende fuera de su bendición. Comienza encomendándole a Dios todos tus planes y anhelos para que se hagan realidad. Pon tu confianza solo en Él, quién nunca va a fallarte.

Minutos antes de las 12: 00 de la noche, ponte de rodillas y agradécele a Dios por todas las cosas que te ha dado el pasado año y empieza el año agradeciéndole por lo que te dará. Entrégale tus nuevas peticiones, verás que es mucho mejor que dejárselo a la suerte.

“Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento” Proverbios 3:5 (NTV)

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario