Un hombre se quejaba a otro cristiano de una injusticia acerca de lo que le habían hecho los vecinos y concluyó diciendo:
– Pero, que se esperen, que tengo almacenadas muchas venganzas contra ellos para una ocasión oportuna…
– Entonces es un ladrón o un usurpador – contestó el cristiano.
– ¡¿Yo?! – Indignado protestó el otro.
– Sí, usted… ¿No dice el evangelio: “Mía es la venganza, yo pagaré”? Por lo tanto está procurando ejercer el oficio que a Él sólo pertenece.
No es raro que cuando alguien nos hace algún daño nuestro primer impulso sea querer venganza, buscar la forma de hacer pagar a aquellos que nos lastimaron. Sin embargo, la Biblia dice que no nos corresponde vengarnos.
“Queridos amigos, nunca tomen venganza. Dejen que se encargue la justa ira de Dios. Pues dicen las Escrituras: «Yo tomaré venganza; yo les pagaré lo que se merecen», dice el Señor” Romanos 12:19 (NTV)
Muchas veces creemos que Dios se ha olvidado de nosotros o que es ciego ante algunas injusticias, pero Él retribuye todo en el tiempo exacto y sabe cómo hacerlo. La justicia de Dios es perfecta y debemos aprender a esperar en Él, su tiempo no es el nuestro.
No te desesperes ni pierdas la fe, no dejes que las ansias de venganza te quiten la paz y te amarguen la vida. Entrega todas tus aflicciones y a la persona que las causó en las manos de Dios y espera en Él.
Es fácil perder de vista las bendiciones que Dios nos da cada día cuando el dolor y la amargura nublan nuestra mente y corazón, por eso encomienda tu causa a Dios y disfruta de su paz, deja de estar maquinando cómo vengarte de la persona que te lastimó y ora por ella.
¡Dios es un Juez Justo, descansa en Él!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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