Compasión es tener misericordia, piedad, ayudar al necesitado y amar sin recibir nada a cambio. ¿Eres una persona compasiva?
Cuando Jesús vio a María y los judíos llorar por la muerte de Lázaro, sintió compasión y lloró junto a ellos. (Juan 11:33-35).
En la alimentación de las cinco mil personas, Jesús vio a la gran multitud y tuvo compasión de ellos; los alimentó y sanó a los enfermos (Mateo 14:13-14). De manera similar, cuando Jesús salía de Jericó se compadeció de dos hombres ciegos y los sanó (Mateo 20:30-34).
La compasión es una característica de nuestro Dios y como sus hijos nosotros también debemos tener esa cualidad. ¿Tienes compasión de las personas?
Cuando un intérprete de la ley religiosa le preguntó a Jesús sobre la vida eterna y qué cosas debía hacer para heredarla, el Señor le recordó los principales mandamientos.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
Marcos 12:30-31 (RVR 1960)
Haz esto y vivirás, le dijo Jesús al experto en la ley religiosa. Lo único que tenía que hacer aquel hombre para heredar la vida eterna era obedecer.
No podemos cumplir el mandamiento de amar a Dios, sino amamos a nuestro prójimo. La Biblia dice:
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.
1 Juan 4:20-21 (RVR 1960)
En la parábola del buen samaritano, Jesús ilustra quién es el prójimo y cómo es el corazón de una persona que tiene compasión.
Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.
Lucas 10:30-34 (RVR 1960)
El sacerdote y el levita vieron a su hermano judío botado en el camino, pero ninguno de ellos hizo nada. Ambos pasaron de lado. Sin embargo, el samaritano, se acercó a él y viéndole, fue movido a misericordia y tuvo compasión de él.
No es suficiente conocer los mandamientos de Dios, debes ponerlos en práctica. Y la compasión no solo es ver la necesidad del prójimo, es preocuparse y ayudarle. «Haz esto y vivirás»
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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