“Cuando Jesús estaba por emprender su camino a Jerusalén, un hombre se le acercó corriendo, se arrodilló y le preguntó: Maestro bueno, ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?” Marcos 10:17 (NTV)

En su respuesta Jesús enumera seis cosas (versículo 19): “No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.” Las escrituras nos muestran, que cuando este hombre escuchó las palabras de Jesús, le respondió de una manera muy particular diciendo (versículo 20) “Maestro, todo esto lo he cumplido desde que era joven. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.” Marcos 10:21

Pero el hombre se sintió muy mal porque no quería deshacerse de sus cosas terrenales y no quería tomar su cruz, debido a que sólo quería heredar la vida eterna, sin entender el costo ni pagar el precio de ser un hijo de Dios.

Este hombre guardó los mandamientos de Dios, pero su amor por las cosas terrenales le llevó a tomar decisiones equivocadas. No pudo ser obediente a lo último que Jesús le había pedido y terminó alejándose por completo.

Muchas veces Dios nos pide lo que más amamos como prueba de fidelidad para ver qué es lo que más ama nuestro corazón y por quién se decide. Si hoy Dios te pidiera aquello que más amas, ¿se lo darías? o ¿tomarías la actitud del hombre rico?

“Abraham fue probado, Dios le dijo: Toma a tu hijo, tu único hijo, a Isaac, a quien tanto amas y vete a la tierra de Moriah. Allí lo sacrificarás como ofrenda quemada sobre uno de los montes, uno que yo te mostraré.” Génesis 22:2 (NTV) Aunque era el único hijo de Abraham y había esperados años por él, nunca dudó en obedecer a Dios. Si el hombre rico hubiera obedecido, con seguridad habría heredado la vida eterna.

Quiero que sepas que la obediencia a medias no trae ninguna recompensa, Dios quiere que seamos obedientes en todo el sentido de la palabra. Solamente si somos obedientes a Su palabra podremos heredar la vida eterna.

Si hasta ahora has obedecido a medias a Dios, hoy es un buen día para tener un encuentro personal con Jesús, dejemos que Él examine nuestro corazón y nos diga aquello que nos falta hacer. Y aunque sea doloroso lo que  nos pida, hay que obedecer, porque en la obediencia está la salvación.

“Jesús dijo: El que me ama, mi palabra guardará…”  Juan 14:23

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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