“Tus promesas me dan vida; me consuelan en mi dolor.” Salmos 119:50 (TLA).
Una de las mayores alegrías de los padres es dar la bienvenida a su bebé al mundo, pero por situaciones inesperadas la madre puede tener un aborto espontáneo, lo cual puede resultar muy angustioso y devastador para su vida.
Quizá sea tu caso y a causa de la perdida de tu bebé te sientes herida, te deprimes, te aíslas y quizá te sientes culpable y te niegas a quedar de nuevo embarazada; porque superar una pena profunda no siempre es fácil.
Sin embargo, junto al cariño de tu familia, amigos y ayuda profesional podrás salir adelante. Sobre todo busca a Dios, quien ha visto tu dolor y ha prometido sanar tus heridas, darte el consuelo y la paz que necesitas.
Por Giovana Aleman
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.