“Por su parte, el niño Samuel seguía creciendo y ganándose el aprecio del Señor y de la gente.” 1 Samuel 2:26 (NVI).

El joven Samuel era un ejemplo que demostraba una vida de progreso y desarrollo espiritual. Continuamente demostraba una vida espiritual fructífera e iba creciendo y recibiendo no sólo la aprobación de los hombres sino también la de Dios. Samuel nunca permitió que la influencia negativa de los demás afectara su vida espiritual.

Si en verdad deseamos crecer espiritualmente, tenemos que pasar tiempo de calidad con el Señor, buscarlo continuamente en oración y en Su palabra.

¿Cómo dirías que estás actualmente tu vida espiritual?

Por Giovana Aleman

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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