“Deja la ira y abandona el furor; no te irrites, sólo harías lo malo”. Salmos 37:8

El anhelo del Señor es que dejemos de herir a los que nos rodean con nuestras palabras. Cuando nos dejamos llevar por la ira, no sólo que no reflejamos el amor de Dios en nosotros, sino que nos volvemos necios: “El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio la reprime”. Proverbios 29:11

La violencia suele ser contagiosa. Si nuestros hijos ven violencia física o verbal en el hogar, es muy probable que tiendan a replicar esto en sus relaciones. ¿Será que eso deseamos para nuestros hijos?. Si eres de aquellos que ejerce violencia, reflexiona por un momento, porque esto pudiera estar trayendo consecuencias muy graves a las personas mas cercanas, a quienes mas amas. Por lo tanto, puedes ir delante de la presencia de Dios, permitiendo que El te transforme, pero también te animamos a que busques ayuda profesional.

Si eres una persona que está siendo víctima de violencia en cualquiera de sus formas, recuerda que Dios quiere hacerte libre y que tiene planes de bien para ti. No calles, pide ayuda.

Por Danitza Luna

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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