“Háganlo todo sin murmuraciones ni discusiones, para que nadie encuentre en ustedes culpa ni falta alguna, y sean hijos de Dios sin mancha en medio de esta gente mala y perversa. Entre ellos brillan ustedes como estrellas en el mundo” Filipenses 2:14-15 (DHH).

A veces sin darnos cuenta podemos murmurar de alguien y algo en una frase la que termina haciendo bastante vaga e imprecisa. A veces murmuramos simplemente porque no estamos de acuerdo con alguien, ya sea un padre, maestro, jefes, líderes de la iglesia o el gobierno sin saber que esto puede traer pleitos y resentimientos a la larga. La murmuración no agrada a Dios, por eso no debemos criticar a otros a sus espaldas.

Es necesario saber que la murmuración no sólo nos contamina, sino que también lo hace con las personas con quienes compartimos las quejas o críticas, pudiendo traer graves consecuencias para la unidad de la familia, la iglesia, o los ambientes de trabajo. La Biblia nos enseña: “Háganlo todo sin murmuraciones ni discusiones…”

¿Eres una persona que murmura? Entonces permite que la palabra de Dios transforme tu vida.

Por Giovana Aleman

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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