“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor” (1 Juan 4:18 RVR 1960).

El temor suele atormentarnos trayendo dudas y haciéndonos sentir miserables. Nuestra reacción ante esto, debe ser pedir ayuda a Dios y comenzar a declarar su Palabra. De esa manera podremos rechazar la mentira que el enemigo quiere sembrar en nuestras mentes. Debemos tener presente que el temor trae angustia, debilita y paraliza. Pero cuando nos dedicamos a desarrollar nuestra fe por medio del estudio de las Escrituras, entonces viviremos sin temor. Te animo a conquistar esos miedos con la aplicación de la Palabra de Dios en tu vida.

Por Neyda Cruz

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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