“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” 1 Timoteo 6:10 (RVR 1960)

En Éxodo 16 podemos ver que el pueblo de Israel estando en el desierto murmuró contra Dios, porque ellos no tenían qué comer; pero Dios en su gran misericordia les proveyó de alimento cada día. Para ello se les dio una instrucción de que solamente debían recoger el alimento que iban a consumir en el día. Lamentablemente hubo personas que desobedecieron y guardaron más de lo que iban a comer, lo cual produjo que el alimento se convirtiera en gusanos.

Esto nos enseña que cuando somos capaces de confiar en la provisión de Dios, tenemos una actitud de obediencia. Por el contrario, la incredulidad nos hace estar en rebeldía frente a Dios. Dudar de la provisión de Dios nos lleva la codicia. Esto es un deseo desordenado por acumular riquezas a un punto tal que hasta daña la relación con Dios.

Por lo tanto, no des lugar a la codicia y confía que Dios proveerá todo lo que te falta conforme a sus riquezas en gloria.

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19 (RVR 1960).

Por Neyda Cruz

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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