“Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; guárdame de hombres violentos” Salmos 140:1 (RVR 1960)

La violencia intrafamiliar ocurre en cualquier momento, lugar y por diversas causas; y de no hacer algo al respecto, no se detendrá. El agresor no cambiará favorablemente su comportamiento si no recibe  ayuda, es más, empeorará su conducta y habrá mayor riesgo para los que estén a su alrededor. Por ello, no debemos ser indiferentes a la violencia que sufren otras personas o que nosotros mismos podemos estar experimentando. Te animo a poner un alto, Dios no planeó que vivas en esta situación; sin importar tu status, creencia, situación económica, etc. Ten el valor de denunciar este mal.

Por Neyda Cruz

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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