“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;” Hebreos 12:28 (RVR1960)

Debemos ser agradecidos por todo lo que Dios ha hecho, lo que está haciendo y todo lo que hará. La persona desagradecida no sirve al Señor de corazón, en cambio a un creyente que siente gratitud, no le importa en qué tarea o lugar le toca servir porque ve el servicio como un privilegio y como una manera de expresar su amor y gratitud a Dios.

Por Miguel Ángel Veizaga

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario