“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán”. Salmos 126:5

Es una realidad que hay situaciones en la vida que se ponen tan tensas que nos terminan dejando sin aliento ni ánimo para seguir adelante.  En dichos momentos las lágrimas recorren nuestras mejillas y la impotencia se apodera de nosotros; ante esta situación a veces nos sentimos tentados a dejar todo porque no vemos una salida viable y nos preguntamos: ¿tendrá sentido tanto esfuerzo? Quizás has derramado muchas lágrimas, pero recuerda esta promesa que dice que aunque sembraste con  lágrimas cosecharás con regocijo. Ya no pongas tu mirada en la tristeza de tu siembra sino en la gran cosecha de gozo que se avecina. Por  Miguel Ángel Veizaga

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario