Las hormigas tienen antenas que les permiten detectar tanto sustancias en el aire como vibraciones, lo que les ayuda a encontrar su alimento. Sus mandĂbulas son muy fuertes, pues con ellas construyen nidos, transportan alimento y se defienden de sus depredadores; ademĂĄs, se caracterizan por tener un ordenado y muy estructurado sistema social.
La mayorĂa de las especies construyen complejos hormigueros; sin embargo, otras prefieren hacerlos mĂĄs sencillos debido a su condiciĂłn nĂłmada. Estos lugares pueden ser elaborados en ĂĄrboles, pastos o subterrĂĄneamente y el material con el que estĂĄn hechos incluye tierra, ramas y otros componentes vegetales.
ÂżSabĂas que las hormigas pueden cargar cosas que pesen hasta cincuenta veces su peso? ÂżY que ellas continĂșan trabajando tan duro como pueden hasta que han recogido tanto como puedan? Al parecer ellas nunca piensan en sĂ mismas, sino en toda su colonia. Si ellas pudieran hablar creo que no las escucharĂamos quejarse con frases como: Estoy tan cansada, Âżno puede hacerlo alguien mĂĄs?, ÂĄno me siento con ganas de hacer esto!, hoy hace mucho calor asĂ quĂ© no saldrĂ© a trabajar.
En Proverbios 6:6-8 NTV dice: âTĂș, holgazĂĄn, aprende una lecciĂłn de las hormigas. ÂĄAprende de lo que hacen y hazte sabio! A pesar de que no tienen prĂncipe ni gobernador ni lĂder que las haga trabajar, se esfuerzan todo el verano, juntando alimento para el invierno.â El ejemplo de este insecto es muy peculiar, pues por su mismo tamaño podrĂamos decir que no hacen mucho esfuerzo pero en realidad trabajan mucho mĂĄs de lo que podemos imaginar.
Muchas veces nosotros ponemos excusas para no esforzarnos mĂĄs de lo que podemos, nos auto limitamos, postergando asĂ las bendiciones que Dios puede darnos por el esfuerzo que hacemos.
El ejemplo de estos pequeños insectos es una gran lección para nuestra vida. Imitemos su trabajo y confiemos en que Dios bendecirå la labor de nuestras manos.
âJehovĂĄ te enviarĂĄ su bendiciĂłn sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirĂĄ en la tierra que JehovĂĄ tu Dios te da.âDeuteronomio 28:8 (RVR1960)
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El siguiente crĂ©dito, por obligaciĂłn, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artĂculo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.