Cuentan que un muchacho se convirtió al Señor y poco después la prueba vino sobre su hogar llegando a faltarles el pan.
Un hombre incrĂ©dulo, con el que habĂa discutido algunas veces, aprovechĂł la contingencia para turbar la fe del joven creyente.
âSi hay un Dios y es justo, como tĂș aseguras, Âżpor quĂ© no envĂa a alguien para que les traiga pan y lo que tanta falta les hace hoy? âle dijo burlĂĄndose.
âA lo mejor âcontestĂł el muchachoâ, Ăl ha dado el recado a uno y Ă©ste no ha querido venir, o, acaso, se ha olvidado.
ÂżTe has puesto a pensar que muchas veces hacemos oĂdos sordos a los recados que Dios nos da? ÂżAlguna vez has sentido hacer algo por alguien pero te desanimaste por flojera, vergĂŒenza o comodidad?
En GĂĄlatas 6:9, 10 encontramos una exhortaciĂłn a ayudar a los demĂĄs pero primero a los de la familia de la fe: âNo nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. AsĂ que, segĂșn tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.â (NTV)
Puede ser que hayas sentido llevar comida a alguien, ayudarlos con un poco de dinero, regalarles abrigo u otra cosa y te cohibiste. Pero no se trata sĂłlo de lo material, mucha gente necesita una llamada, un abrazo, que les pregunten cĂłmo se sienten, que los escuchen, pero andamos tan ocupados con tantas cosas que preferimos cerrar los ojos y hacer oĂdos sordos a las necesidades de los demĂĄs.
Si Dios pone en tu corazĂłn hacer algo por alguien, aunque no entiendas el motivo, obedece. PodrĂas estar aliviando el dolor de esa persona o familia. Toma el recado de Dios como una oportunidad para bendecir a otros.
El segundo mandamiento mĂĄs grande que tenemos es amar a nuestro prĂłjimo como a nosotros mismos, ÂżCĂłmo podemos amar si no queremos ayudarlos en su necesidad? Muestra con tu ejemplo el amor a tu prĂłjimo y a Dios.
El siguiente crĂ©dito, por obligaciĂłn, se requiere para su uso por otras fuentes: ArtĂculo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.