Un médico que era creyente, estaba atendiendo a uno de sus pacientes, el cual padecía de una enfermedad incurable. Pensando en él y en la eternidad que le esperaba, el doctor creyó que había llegado el momento de anunciarle el evangelio.

El paciente escuchĂł con mucha atenciĂłn, y luego le preguntĂł:

     – Doctor, ÂżcuĂĄnto tiempo hace que usted sabe estas cosas?

     – Bueno – RespondiĂł el mĂ©dico- hace mĂĄs de veinte años que soy creyente.

El enfermo fijĂł sus ojos en su interlocutor para preguntarle:

     – ÂżY por quĂ© no me lo dijo antes, para que yo tambiĂ©n hubiese podido disfrutar de este gozo y esta paz que usted dice que Cristo da a los que creen en Él?

Muchas veces buscamos tanto el momento “perfecto” para hablar del amor de Dios que dejamos que el tiempo pase, poniendo mil excusas, sin darnos cuenta que estamos privando a la gente de una vida de gozo y paz.

Es verdad que no son pocos los que rechazan el evangelio y muchas veces nos desaniman sus respuestas, pero si nosotros les damos el mensaje de las Buenas Nuevas ya es decisiĂłn suya aceptarlo o no. AdemĂĄs, debemos recordar que si sembramos esa semilla en sus corazones, en algĂșn momento darĂĄ su fruto.

Sigamos el ejemplo de los discĂ­pulos, quienes constantemente llevaban el mensaje: “Y dĂ­a tras dĂ­a, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que JesĂșs es el MesĂ­as” Hechos 5:42 (NTV)

No te desanimes y sigue orando por aquellos familiares y amigos que aĂșn no conocen a JesĂșs, sigue hablĂĄndoles con tu ejemplo, mostrĂĄndoles el amor de Dios y verĂĄs que a su debido tiempo darĂĄ su fruto.

No esperes a Ășltimo momento ni a las circunstancias perfectas, hoy es un bueno dĂ­a para llevar las Buenas Nuevas.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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