Hay un programa de televisión que me agrada ver, es sobre cocina, específicamente de niños que compiten por el título de mejor chef y un premio adicional.

Recientemente se dio el gran final con 3 participantes, 2 de ellos representantes fuertes que casi siempre vencĂ­an los retos con facilidad, el caso del tercero es diferente. Aunque se esforzaba bastante, con frecuencia iba a los retos de eliminaciĂłn, al punto de ser la persona que mĂĄs veces enfrentĂł la posibilidad de irse sin lograr su cometido.

Sin embargo, ahí estaba, con entereza logró presentar sus mejores platos, y si bien terminó con algunos dedos quemados, en cada entrega se podía ver cuånto había mejorado su técnica, manejo de tiempo y autocontrol; para no hacerlo mås largo, él ganó.

Es sorprendente ver la perseverancia de este niño, sufrió, lloró, pero no se rindió, siguió luchando, esta actitud es digna de elogio y también de ser imitada.

“Mas el que persevere hasta el fin, Ă©ste serĂĄ salvo.” Mateo 24:13 (RVR1960).

Como hijos de Dios, en nuestro andar diario enfrentaremos dificultades, situaciones dolorosas que pondrån a prueba nuestra fe, pero como ese niño debemos seguir en la lucha, perseverando hasta el fin.

“Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el dĂ­a de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y MoisĂ©s dijeron que habĂ­an de suceder.” Hechos 26:22 (RVR1960).

Por Cesia Serna

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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