No insistan en pensar que este modesto autor se refiere a personas o lugares concretos. El mundo es ancho y ajeno y la raza humana es fiel a sí misma desde el comienzo de los tiempos. Las siguientes líneas son apenas una brevísima e indocumentada recolección de momentos estelares de la sociedad de todos los tiempos. Puede ser Egipto, Persia o Roma. Puede ser en la Edad Media, durante la Revolución Industrial o bien en los vertiginosos tiempos de la Era de la Información. Puede ser América latina, Europa o Asia. Pueden ser gobernantes, jefes ejecutivos de grandes corporaciones o líderes religiosos. Los hechos son, invariablemente, los mismos.
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No cumplen lo prometido. Utilizan el poder para enriquecerse o esquivar la justicia. Mienten o al menos omiten la verdad. Se esmeran en perpetuarse en el poder o al menos en que sus sucesores les sean adictos y les conserven el fuero para no ser investigados y no dar cuenta de sus acciones ante la justicia. Inventan un relato acerca de sí mismos y de sus logros. Se rodean de servidores leales que creen – o fingen creer porque les conviene – el discurso oficial. Utilizan los recursos institucionales para levantar su imagen o para apoyar a sus adictos. Infiltran el poder judicial y la legislatura para obtener fallos y edictos que favorezcan su agenda.
Abundan en conceptos tales como pueblo, ciudadanía, gente, comunidad, patria, inmensa mayoría y, tristemente, no son pocos los necios que les creen. En tiempos claves abren las arcas y derraman “beneficios sociales” para mejorar las posibilidades electorales. Sus asesores intelectuales inventan y distribuyen historias respecto de su infancia, de sus estudios, de sus sacrificios para llegar al lugar donde están hoy. Una cohorte de comparsas alaba los atributos del dirigente y lo comparan con los padres fundadores. Cualquier postura crítica respecto de su persona o de su gestión es severa y rápidamente neutralizada. Un selecto grupo de “colaboradores” mantiene el orden y la disciplina en las filas y un sofisticado sistema de vigilancia y espionaje mantiene la solidez de la estructura.
Y así… Pura coincidencia.