Ser luz y honrar a Dios con tu vida no significa que no puedas divertirte. Está bien sentir el deseo de abrirte un poco más para disfrutar la vida de una manera diferente, mirar un partido de fútbol o disfrutar un tiempo con amistades y familia puede ser saludable para ti. Confía en la guía del Espíritu Santo y el gran amor que Dios tiene por ti.