Las circunstancias de la vida pueden darle un vuelco a tu vida que nadie esperaría o quizás lo que tú habías planeado.
Todo puede marchar bien para ti, pero muchas veces olvidas que todo le pertenece a Dios, y que todo lo bueno que hay en tus días fue diseñado por Él.
No todo es lo que parece y el éxito no es siempre dinero, fama, poder, y superficialidad en exceso. El éxito va más allá de lo que puedes imaginarte y es lo que Dios tiene preparado para ti.