En la Biblia encontramos que la superstición es falsa porque nos hace pensar que la suerte prima más que la voluntad de Dios. Además, nos insta a tener una perspectiva diferente con respecto a estas creencias, y también a confiar primero en Dios, y no en lo que diga la tradición.
En 1 Samuel 4 y 5 hay una historia que nos ayuda a comprender cómo nacen las supersticiones. En ella encontramos que Dios manifestó su poder en el templo del dios Dagón, cuando el Arca del pacto fue llevado como trofeo de guerra a la tierra de los filisteos. Dios hizo quedar en ridículo a Dagón, y como consecuencia, los sacerdotes desarrollaron una costumbre basada en ese hecho.
Llevaron el arca de Dios al templo del dios Dagón y la pusieron junto a una estatua de Dagón. Pero cuando los ciudadanos de Asdod fueron a verla a la mañana siguiente, ¡la estatua de Dagón había caído boca abajo delante del arca del Señor! Así que levantaron a Dagón y nuevamente lo colocaron en su lugar. Pero temprano al día siguiente sucedió lo mismo: de nuevo Dagón había caído boca abajo frente al arca del Señor. Esta vez su cabeza y sus manos se habían quebrado y estaban a la entrada; solo el tronco de su cuerpo quedó intacto. Por eso, hasta el día de hoy, ni los sacerdotes de Dagón ni nadie más que entra al templo de Dagón, en Asdod, pisan el umbral.
1 Samuel 5:2-5 (NTV)
Se comprende que debido al miedo y reverencia que causó la presencia de Dios en dicho templo, los sacerdotes evitaran caminar por el umbral; y esto nos muestra que así es como nacen las supersticiones. Puede que estén basadas en una experiencia negativa, pero a partir de ese punto se convierten en una referencia que se propaga.
Y a lo largo de la historia vemos que sucede lo mismo con otras creencias. A partir de un acontecimiento específico con el número 13, se piensa que es de mala suerte, y se ha generalizado hasta la actualidad. Pero no porque sea popular quiere decir que sea cierto.
No pierdas el tiempo discutiendo mitos y leyendas mundanas. Emplea el tiempo y las energías en ejercitarte para vivir como Dios manda.
1 Timoteo 4:6-8 (NBV)
En su primera carta a Timoteo, Pablo le anima a darle mayor relevancia a las cosas espirituales que las falsas creencias. En el capítulo 4 le anima a demostrar que se nutre de la fe y de las buenas enseñanzas que fielmente has seguido.
Con esto, Pablo nos ayuda a entender que las supersticiones y cualquier otro mito o leyenda, no tiene más poder que Dios; y por lo tanto, debemos enfocarnos en el crecimiento espiritual. Como ya hemos visto anteriormente, las supersticiones pueden tener un origen cierto; pero no por ello son fiables. Pablo hace énfasis en eso:
Diles que no pierdan el tiempo estudiando historias falsas y las interminables listas de sus antepasados. Los que se interesan en esas cosas discuten por nada, y eso no los ayuda a conocer los planes de Dios. Esos planes sólo podemos conocerlos si confiamos en él.
1 Timoteo 1:4 (TLA)
Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28 (RVR1995)
La Biblia nos deja en claro que las supersticiones no cambian ni influyen en el destino de las personas. En cambio, Dios sí tiene poder para utilizar incluso las peores situaciones para bien. Lo cual significa que en lugar de creer en las supersticiones, debemos preocuparnos en desarrollar una relación cercana con Jesús, pues solo Él tiene el poder sobre todo lo que existe.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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