Entraron un macho y una hembra de cada especie, tal como Dios había ordenado a Noé. Luego el Señor cerró la puerta detrás de ellos. Génesis 7:16 (NTV)

Cuando Dios cerró la puerta nadie más pudo entrar, lo cual era necesario para acabar con la maldad de los hombres que habitaban la tierra. La gente que murió en el diluvio había tenido oportunidad de entrar en el arca, pero no la supieron aprovechar. De la misma manera, cuando sabemos que lo que está por entrar a nuestro corazón no es bueno, debemos cerrarle la puerta y no darle oportunidad al pecado.

No pasemos por alto esta situación, es posible que aun sabiendo la magnitud del problema, intentemos ignorar la situación, es más, podríamos pensar que nunca sucedió o creer que ya lo superamos, pero no nos damos cuenta que sólo basta con un pequeño descuido para que el enemigo aproveche y quiera entrar para traer nuevamente a nuestras vidas las cosas que Dios ya había desechado.

¿Qué puertas necesitas cerrar? Tal vez algún vicio del cual te ha costado salir, ¿Aún te sientes tentado a ver pornografía?, ¿Te cuesta abandonar los juegos de azar? o ¿No puedes dormir sin ver pequeños programas de televisión que afectan tu integridad? Tú conoces cuáles son tus debilidades y créeme, sutilmente el enemigo intenta destruirte con pensamientos y recuerdos que en un futuro se convertirán en tu adicción. Por si no te has dado cuenta, él ha estado haciendo seguimiento a cada uno de tus pasos y sin conocer tus pensamientos sabe tus debilidades ¡Ten cuidado! Sólo depende de ti el ser minucioso con lo que permites entrar a tu vida. “Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar”.  1 Pedro 5:8 (NVI).

Si en estos días has estado luchando con ciertos recuerdos y actos pasados que te alejan de los planes divinos de Dios ¡Cierra la puerta! y dile ¡No! a sus ofertas, no negocies con el pecado, porque ninguno de los argumentos de satanás, por más placenteros que parezcan, serán de beneficio para ti, sólo terminarán destruyendo tu vida y aun tu familia.

 Y si crees que por ser el líder de tu grupo, el que ministra con la palabra o con las alabanzas a la iglesia, podrás salir ileso en medio de la tentación, no te engañes, se trata de una debilidad que necesita ser trabajada bajo la dirección del Espíritu Santo.

Para evitar una gran catástrofe en tu vida, invita al Espíritu Santo a hacerte una revisión espiritual para que te ayude a cerrar puertas que te llevan a pecar.

 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” 1 Corintios 10:12 (RVR 1960)

Por Ruth Mamani

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario