“Y, dado que yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies, ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les di mi ejemplo para que lo sigan. Hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes. Les digo la verdad, los esclavos no son superiores a su amo ni el mensajero es más importante que quien envía el mensaje. Ahora que saben estas cosas, Dios los bendecirá por hacerlas.” Juan 13:14-17 (NTV)

Muchos tienen la idea de que humildad es tener la cabeza baja ante cualquier situación; sin embargo, existe una diferencia entre servir y tener un espíritu de siervo humilde.

Algunos pueden servir por obligación, beneficio económico o reconocimiento, pero un espíritu de siervo va más allá de todo ello, porque fluye de un corazón rendido al Señor que desea cumplir con sus propósitos, empezando por ponerse a la disposición de otras personas para responder a sus necesidades antes que las suyas.

Si hasta el día de hoy has alcanzado el éxito en tu ministerio y trabajo, no necesitas gritarlo a los cuatro vientos, sino mostrar tus victorias con toda humildad y a través de tu ejemplo.

Por Ruth Mamani

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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