“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. Isaías 1:18  (RVR1995)

Cuantas veces en la vida vivimos presos de nuestros errores del pasado, los cuales nos avergüenzan y llenan de culpa, impidiendo que nuestro futuro sea mejor. Íntimamente pensamos que lo nuestro no tiene perdón y a veces hasta nos sentimos hipócritas si acudimos delante de Dios en busca de su misericordia. Sin embargo Dios piensa de manera muy distinta, su perdón es total y una vez que lo da, ya se olvida de nuestras fallas.  En cambio nosotros, una y otra vez recordamos nuestros errores y pecados lo cual nos hace vivir una vida amarga y presos de la culpa.  Por lo tanto, si te sientes identificado con esto, ve delante de Dios y arregla cuentas directamente con El, pide perdón por tus fallas y recibe su perdón.  Luego de esto, perdónate a ti mismo, porque Cristo te ha perdonado y hecho libre de los errores del pasado. Por Danitza Luna

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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