“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 1 Juan 1:9 (RVR 1960)

La confesión tiene el propósito de librarnos para disfrutar de la comunión con Cristo. ¿Cuantas veces le has fallado a  Dios? ¿Te has sentido culpable al cometer alguna falta? Ese es el primer paso, reconocer que estamos en el error y tomar la decisión de abandonar el pecado. Recuerda que no hay pecado que Dios no pueda perdonar, somos humanos y por nuestra misma condición fallamos una y otra vez, pero las puertas del perdón siempre están abiertas, tan grande fue el amor de Dios que envió a su único hijo a morir en la cruz a fin de ofrecernos su perdón. Si tienes algún pecado que aún no ha sido confesado, este es el momento de hacerlo y tenlo por seguro que su paz que sobrepasa todo entendimiento inundará tu ser de verdad.

Por Ruth Mamani

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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