“Pero los que viven con la ambición de hacerse ricos caen en tentación y quedan atrapados por muchos deseos necios y dañinos que los hunden en la ruina y la destrucción.” (1 Timoteo 6:9 NTV)

El poder ejercido correctamente es de bendición para cada nación, sin embargo,  un exceso de poder puede acarrear males para los que lo usan con fines egoístas; la retención del poder produce un desequilibrio en el plan de Dios para cada nación.

Varios países en el mundo sufren a causa de hombres déspotas que se aferran al poder, no les importa si dañan a las personas, a su pueblo, con tal de complacer sus deseos materialistas y sostener sus utópicas y falsas ambiciones; claramente la Biblia dice:

“Cuando la gente buena prospera, el pueblo se pone alegre; cuando gobiernan los malvados, el pueblo se pone triste.” (Proverbios 29:2 TLA)

Hay tiempo para todo, para hacer el bien, para ayudar, para gobernar y para dejar el gobierno, no es bueno aferrarse a un título o status porque esto es pasajero. Las personas se olvidan que después de la muerte viene la eternidad y lo que hagan en esta vida repercutirá en el futuro, cada acción es como un legado para las generaciones que vienen ya sea para bendición o maldición.

La Biblia también menciona lo siguiente: “¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía, para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos!” (Isaías 10:1-2 RV60)

Hoy en día se pisotean los derechos personales, las leyes del gobierno, se dictan sentencias fruto de calumnia, la justicia está comprada en muchos lugares, las autoridades que deben poner orden y proteger la nación y al pueblo se vendieron por un monto de dinero y son peor que Judas en su momento.

Pero la justicia real proviene de Dios, la libertad para los pueblos, para el alma y para el corazón afligido. La Biblia dice en Salmos 40:1-2 RV60:” Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.”

Del cielo no sólo cae la lluvia, del cielo llega la bendición de Dios y su misericordia eterna para con los que en Él confían. El Señor no se olvida de sus hijos, pronto veremos un nuevo amanecer, la esperanza no se pierde.

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” (Josué 1:9 RV60)

Cuando dobles rodillas llegará la victoria, no te rindas.

 

Por Carlos E.  Encinas 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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