Stanley Roger Smith, fue un tenista norteamericano que alcanzó la fama en la década de los 70. En 1971 triunfó en la final de Wimbledon y en el US Open (dos competiciones muy importantes de tenis). Al año siguiente logró un título más que acabó dándole el puesto Nº1 del mundo en ese deporte.

Pero no todo fue fácil para él. Cuando aún era muy joven Stanley quería estar cerca de los campeonatos importantes para aprender más, y para ello se ofreció voluntariamente para ser el recogepelotas, pero fue rechazado porque lo consideraban distraído y torpe para la tarea.

Pero Stanley estaba convencido de que el tenis era su vocación y aunque fue despreciado  finalmente alcanzó su objetivo llegando a ganar la Copa con la selección de Estados Unidos en 8 ocasiones. Así demostró cuán equivocados estaban aquellos que lo rechazaron.

La Biblia cuenta la historia de un hombre que también fue rechazado.

Jueces 11:1-2 dice: “Jefté era un valiente guerrero de la región de Galaad. Era hijo de una prostituta y de un hombre llamado Galaad, y como la esposa de Galaad le había dado otros hijos, cuando ellos crecieron echaron de la casa a Jefté y le dijeron que no heredaría nada de su padre, por ser hijo de otra mujer.” Versión Dios Habla Hoy

El relato continúa diciendo que Jefté huyó de su casa y se juntó con una banda de delincuentes que lo hicieron su líder. No pasó mucho tiempo hasta que Israel nuevamente se vio amenazado por sus enemigos y todos decidieron llamar a la persona que habían despreciado porque era el único guerrero que conocían.

Muchas veces uno es rechazado porque a simple vista parece que no hay una cualidad que sea útil en el momento, pero cuando algún talento oculto crece o es necesario, todo puede cambiar.

Proverbios 18:16 en la versión Jubilee Bible 2000 dice: “El don del hombre le ensancha el camino, y le lleva delante de los grandes.”

Desarrollar el talento es algo importante, lo hizo Stanley Smith en el tenis y también Jefté como guerrero, pero con todo esto existe una clave muy importante.

Jueces 11:11 dice: “Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su caudillo y jefe; y Jefté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.”

Una oportunidad se había presentado delante de Jefté para reivindicarse delante de sus hermanos y de todo el pueblo, pero en vez de confiar en sus habilidades de guerra o a su valentía, decidió entregar todo en manos de Jehová hablando con Él. Posteriormente obtuvo la victoria y hoy lo recordamos como un Juez de Israel.

¿Cuál es tu actitud frente al rechazo? Quizás por el momento debas enfocarte en mejorar los talentos que tienes y  entregar toda tu vida bajo la poderosa mano de Dios para que Él te levante cuando fuere tiempo.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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