Se cuenta que hace algunos años un caballero iba por las calles de Baltimore y vio  que tres niñitas estaban paradas delante de una juguetería. Dos de ellas describían a la tercera, que era invidente, todo lo que había en la vidriera.

El caballero se paró para escuchar, y le pareció interesante  ver cómo se esforzaban para describir juguetes, lo que les resultaba bastante difícil.

El caballero conmovido por la escena invitó a las niñas  a entrar en la tienda y compró un juguete para la pequeña cieguita, el cual ella empezó a palpar y besar llena de gozo, e inmediatamente empezó a describirlo a sus amigas como si ellas no estuvieran viéndolo.

Algo parecido sucede cuando intentamos describir a Dios, podemos esforzarnos mucho pero nunca llegaremos a hacer que los demás entiendan cómo realmente es.

Solamente cuando tenemos una experiencia personal con el Señor, podemos saber cómo es, quién es, sus características. Para muchos Dios es su Proveedor, para otros su Sanador, Juez Justo,  el Todo Poderoso, el Dios Fuerte, el Dios de Paz etc. ¿Tu cómo lo conoces?

La relación personal con Dios y cada una de las etapas de nuestra vida, nos llevan a conocerlo de diferente manera y podemos ver su amor y poder obrando en nuestras vidas, pero describir cada experiencia en su totalidad resulta casi imposible.

Es verdad que nadie puede describir físicamente a Dios, pero Juan 1:18 dice: “Nadie ha visto jamás a Dios; pero el Único, que es Dios, está íntimamente ligado al Padre. Él nos ha revelado a Dios. (NTV) Y no sólo nos reveló al Padre, sino que es el camino a Él.

Si quieres que otras personas conozcan y experimenten el amor de Dios que tú vives, preséntales a Jesús para que ellos también puedan ser salvos y experimentar de su Gracia y perdón.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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