Probablemente todos hayamos tenido una materia que nos complicaba en nuestra época estudiantil.

Recuerdo una vez a un  grupo de compañeros que estaban muy asustados por reprobar una materia. Al hacer cálculos de sus puntajes acumulados a lo largo del semestre se dieron cuenta que eran insuficientes, lo cual los llevó a darse formas para evitar malos resultados. Acudieron a la fórmula fácil para estos casos, y cuando llegó el día del examen era increíble la confianza que tenían, tanto que uno de ellos dijo: “con este método nadie se dará cuenta y seguro aprobamos”, se refería a hacer trampa. Fueron tan hábiles para esto que evidentemente el docente no se dio cuenta. No había duda de que, el día que se revelaron los resultados de los exámenes, aprobaron, es más habían obtenido el mejor puntaje de la clase; por esa misma razón y al ver exámenes similares, el docente los llamó a dirección y les dio otra prueba para corroborar su aprendizaje, lamentablemente los resultados no fueron buenos y no sólo reprobaron el examen sino también la materia.

Es posible esconder nuestros pecados temporalmente, pero no olvidemos que tarde o temprano todo sale a la luz.

“Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a la luz.” Lucas 8:17 (RVR)

No es difícil mentir a nuestros amigos, docentes, líderes y padres, pero no podemos hacer lo mismo con Dios, Él no puede ser burlado, no aprobará  jamás el pecado y mucho menos socapará nuestro mal proceder. No necesitamos justificarnos porque nuestro Juez Justo se encargará de hacer justicia.

“Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.” Eclesiastés 12:14 (RVR)

Por eso, aquellos que hacen trampas en el colegio, universidad o ministerio; empleados que le roban a sus empresas; empresarios que explotan a sus trabajadores; los que difaman contra otros; los que le mienten a su pareja; los que codician, etc. a ellos, les pregunto: ¿Crees que nunca saldrá a la luz?

Es una pérdida de tiempo justificarse de los malos actos porque tarde o temprano el mentiroso cae en la propia trampa de su mentira y se descubre su mal proceder.

Si hay algo que estás escondiendo a tu esposo, padres, amigos, compañeros o líderes, no te confíes, no podrás hacerlo por mucho tiempo; antes de que las cosas terminen peor de lo previsto, debes confesar con la verdad a quienes se lo merecen y por supuesto a Dios, quien es fiel y justo para perdonarte y limpiarte de toda maldad.

Recuerda que a Dios nada se le escapa, ni lo bueno ni lo malo. Quizá nadie más haya visto lo que hiciste, pero con toda seguridad Él se encargará de recompensarte grandemente por tus buenos actos o juzgarte por tus actos ofensivos para otros.

 “Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a conocerse. Lo que ustedes digan en la oscuridad, se sabrá a plena luz del día; lo que digan en secreto, lo llegará a saber todo el mundo.” Lucas 12:2-3 (TLA)

¿Quieres ser libre de toda condenación? Camina en rectitud bajo los estatus de Dios, pero si fallas en el intento no lo pases por alto, pídele perdón y renuncia a esa manera de vivir; el pecado es imposible de esconder, tarde o temprano se dará a conocer.

Por Ruth Mamani

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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