Se cuenta que un viajero que visitó Italia, relató en un periódico: Llegué a Villa Areconati, al lago Como, que es como una joya de la corona de los Alpes en Italia. Un jardinero me abrió la puerta y me llevó por el admirable jardín.

  –  ¿Cuánto tiempo hace que está usted aquí? – pregunté al amable hombre.

  –  Veinticinco años.

  –  ¿Y con cuánta frecuencia ha visitado esto su amo?

  –  Cuatro veces.

  –  ¿Cuándo estuvo aquí la última vez?

  –  Hace doce años.

  –  ¿Le escribe entonces?

  –  Nunca

  –  ¿Con quién se arregla usted?

  –  Con el encargado en Milán.

  –  ¿Viene con frecuencia?

  –  Nunca

  –  ¿Y quién viene por ahí entonces?

  –  Estoy casi siempre solo; muy pocas veces se ve algún forastero.

  –  Y, sin embargo, usted tiene el jardín tan hermoso y bien arreglado como si su amo tuviera que venir mañana.

  –  Hoy, señor, hoy podría venir – fue la respuesta.

Nuestras vidas deben estar siempre como ese jardín, impecables, listas como para que en cualquier momento podamos recibir a nuestro Señor.

Ninguno de nosotros sabe con certeza cuánto tiempo más estará en la tierra o cuán pronta está la venida de Jesús, pero ambas cosas sucederán en un momento que no esperamos, por lo que debemos estar listos para presentarnos impecablemente ante Dios, como si hoy mismo fuéramos a partir.

“¡Así que ustedes también deben estar alerta! Porque no saben el día ni la hora de mi regreso”. Mateo 25:13 (NTV)

Si has estado viviendo desordenadamente, si tienes  cosas sin resolver, si debes pedir perdón o perdonar a alguien, si tu vida no está a cuentas con Dios, es tiempo de que pongas todo en orden y vivas de tal forma que si tuvieras que partir esta noche lo hagas con la certeza de que tu Señor encontrará todo en perfecto estado.

Tu eres el responsable de tu jardín, mantenlo presentable que hoy podrías recibir a tu Señor.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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