Recuerdo que un fin de semana me encontraba tan baja de energía como estaba la batería de mi teléfono móvil. En mi cansancio, lamentablemente, olvidé conectar el cable del cargador al toma corriente, enchufé a mi teléfono obviando lo otro y me dormí. Al día siguiente, me desperté renovada, pero no así mi celular, porque me di cuenta que seguía de la misma forma que la noche anterior. Estaba enchufado… ¡pero no conectado a la corriente!

A nosotros nos pasa lo mismo con respecto a Dios, cuando nuestro espíritu no se encuentra conectado al suyo, nuestro cuerpo y alma se quedan en tinieblas, nos empieza a costar trabajo controlarnos para no pecar y lamentablemente las consecuencias de no “conectarnos a Cristo” pueden ser peores de lo que imaginamos.

Puedes invertir horas y horas en estudiar la Palabra de Dios para seguir aprendiendo y no llegar al conocimiento de la verdad, como dice en 2 Timoteo 3:7. Logras desgastar tus fuerzas y tu tiempo al servicio de Dios, sin embargo te encuentras desconectado de su presencia.

No importa cuánto tiempo haya dejado mi teléfono en el cargador, porque al no estar conectado a la toma corriente, no sirvió de nada.

Es importante saber que multiplicar nuestros esfuerzos jamás podrá sustituir con estar conectados a la verdadera corriente que es Dios.

Si en estos tiempos has cambiado tu encuentro con Dios por la actividad o servicio, ¡ten cuidado!, porque no es lo mismo servir a tu creador que estar en su presencia. Mantente alerta a las cosas que te desconectan de tu padre, ya sabemos que el pecado es una de ellas, pero también lo es el cansancio. No podemos estar conectados si andamos inundados de actividades. A veces pasamos tanto tiempo haciendo cosas para Dios que descuidamos nuestra relación con Él.

“Si ustedes se mantienen unidos a mí, yo me mantendré unido a ustedes. Ya saben que una rama no puede producir uvas si no se mantiene unida a la planta. Del mismo modo, ustedes no podrán hacer nada si no se mantienen unidos a mí.” Juan 15:4 (TLA)

Uno de los mayores desafíos que enfrentamos a diario es permanecer unidos y conectados a la fuente de poder, riqueza, amor y perdón que es nuestro Dios.

Procuremos en todo tiempo estar unidos a nuestro creador para recibir el alimento que nos ayuda a estar fuertes y nos permite dar buenos frutos, que nos mantiene en su luz y nos aleja de las tinieblas. Porque es posible que podamos estar “enchufados” a todo en relación a Dios, pero a la vez estar completamente desconectados de Él.

Por Ruth Mamani

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario