Se trata de un trastorno neuromuscular caracterizado por la incapacidad para relajar los músculos después de hacer algún movimiento involuntario o cuando se usa la fuerza en algún trabajo. También se ha asociado este mismo malestar a individuos que están sometidos a demasiado estrés o que repentinamente sufren una alteración en su sistema nervioso.

La persona afectada de miotonía puede padecer a tal punto una parálisis muscular que pierde el equilibrio y cae al suelo, como si se hubiera desmayado repentinamente.

Aunque en principio se estudiaba este mal como un trastorno explícitamente humano, se ha visto que también que algunos animales pueden sufrir este mismo tipo de parálisis muscular.

Uno de los más claros ejemplos es el de la llamada cabra mitónica o cabra de Tennessee. Cuando este animalito experimenta miedo repentino, su sistema endocrino aumenta la segregación de ciertos tipos de hormonas como la adrenalina y el cortisol, causando tensión muscular en todo su cuerpo a tal grado que cae al suelo tumbado sin poder recuperar la movilidad en varios minutos.

Muchos videos en internet popularizaron a éste animalito por el trastorno muscular que padece, apareciendo en programas científicos y en otros más humorísticos. Sin embargo, en el ámbito espiritual muchos padecen el mismo síntoma.

No existe mayor paralizante para una persona que el miedo atacando su voluntad el cual es muchas veces provocado por el temor a repetir errores, a ser herido nuevamente, a ser avergonzado, a no conseguir la meta deseada, a fallar, o que las cosas no resulten como están planificadas, etc.

Son interminables las causas que lo provocan y no necesariamente está ligado a la falta de recursos. Uno podría tener todo el capital que necesita a la mano y toda la sabiduría para realizar cualquier trabajo, pero cuando el miedo es el que reina, el hombre más fuerte es similar a una de estas cabras de monte; el miedo lo mantiene paralizado y tumbado en el suelo.

“Porque Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1:7 (RVR 1960)

Este versículo explica que sobre el temor está el poder, el amor y el dominio propio, atributos dados por Dios. Pero no se reciben como algún objeto que uno obtiene simplemente extendiendo la mano, sino que son frutos que crecen dentro de la personalidad de un individuo como resultado de mantener una relación íntima con Dios.

El miedo es el sistema que usa nuestro adversario para mantenernos paralizados y tumbados en el suelo, y aunque siempre es más fácil poner alguna excusa que reconocerlo, Dios quiere que nos libremos de ese trastorno que afecta nuestra voluntad.

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. 1 Juan 4:18 (RVR 1960)

Recuerda, permanecer en el amor de Dios alejará todos los temores que quieran paralizarte.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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