Cuentan que en un viaje en tren, en uno de los compartimientos iba una preciosa niña, muy cariñosa con todos. La pequeña iba de un lado a otro dando conversación a todos los pasajeros, de modo que era difícil saber de quién era hija, pues a todo el mundo trataba con la misma familiaridad; pero de pronto el tren penetró en un oscuro túnel y en un momento la niña se acurrucó en la falda de una señora. Con este gesto estaba claro que ella era su madre.

Lo mismo sucede con nosotros, podemos estar tranquilos y disfrutando del viaje pero cuando oscurece y  viene una prueba siempre acudimos a Aquel que nos da la paz y seguridad que necesitamos.

“El nombre del Señor es una fortaleza firme; los justos corren a él y quedan a salvo” Proverbios 18:10 (NTV)

Dios siempre será el mejor refugio al que podemos acudir, sin importar qué estemos pasando Él nos abrazará y protegerá.

Sin importar las circunstancias adversas que puedan presentarse, ya sean a nivel personal, familiar, crisis sociales o políticas en el país donde te encuentras, problemas de salud o cualquier otra cosa, lo importante es que tenemos a quién acudir. Como lo expresa el  salmista: “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza;  siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Por lo tanto, no temeremos cuando vengan terremotos y las montañas se derrumben en el mar. ¡Que rujan los océanos y hagan espuma! ¡Que tiemblen las montañas mientras suben las aguas!” Salmos 46:1-3 (NTV)

Que tu corazón no se turbe con las noticias o con lo que la gente te dice, tú tienes a quién acudir y Dios nunca te fallará ni abandonará.

¿Estás atravesando un túnel? Corre a buscar refugio en tu Padre, Él está esperándote con los brazos abiertos.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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