El pecado nos ha quitado el acceso directo a la presencia de Dios, los errores que cometemos hacen que vivamos alejados de Él y esta es la razón por la cual necesitamos ser redimidos por la sangre de Jesús.

El pecado es como un perfume no agradable ante de Dios, cuando cometemos un error que no agrada al Padre somos contaminados  por  un  hedor  que nos aparta del Señor.

¿Qué debemos hacer para tener un olor fragante ante Dios y así volver a su presencia? Tenemos que  presentarnos ante el Señor con un corazón arrepentido, reconociendo  que necesitamos de Él.

Arrepentirse es un cambio de mentalidad, es volvernos a Dios de todo nuestro corazón de nuestros malos caminos, lo que ante la presencia de Dios es un olor fragante. El saber reconocer tu error y arrepentirte  te devuelve el acceso a su presencia. “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Mateo 4:17

Cuando nos acercamos con el perfume de nuestro arrepentimiento, todos nuestros pecados son perdonados. Esto sucede cuando venimos al Padre con un corazón contrito y sincero. Toma la actitud correcta para que puedas ir delante del Señor y  reciba de ti una fragancia agradable.

“Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor…” Hechos 3:19

Por Miguel Ángel Veizaga

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario