Muchas veces nos sentimos atrapados por ciertas costumbres del pasado que al final terminan haciéndonos sus esclavos, pero La Palabra del Señor nos da un gran ejemplo de cómo Dios libertó a su pueblo escogido cuando se hallaba bajo la opresión de Faraón.

“Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias.” Éxodo 3:7 (RVR1960)

El Señor vio la angustia y el dolor en el que su pueblo se encontraba, fueron más de 400  años viviendo como esclavos bajo la tiranía de Faraón y sin ver una sola señal de libertad e incluso ya se habían formado una mentalidad de sujeción. Pero Dios los liberó de esta situación. “Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues Jehová os ha sacado de aquí con mano fuerte…” Éxodo 13:3 (RVR1960)

El día en que ellos fueron libres, se regocijaron porque sabían que nunca más su futuro dependería de las decisiones de un gobernante egoísta a quien le debían su servicio para sobrevivir en su tierra. A pesar de ser un largo tiempo de espera, la promesa de Dios se cumplió.

Pero mientras pasaban los meses y los años, era como que su felicidad  era absorbida por el desierto en el que se encontraban, se dieron cuenta que nada era igual. Cada día al despertar eran testigos de lo diferente que era el amanecer de Egipto al del desierto, ya no había trabajo que cumplir, no contaban con un menú semanal, adiós a las pequeñas comodidades aun siendo esclavos, tal vez suspiraban recordando su estadía en Egipto. Cansados de lo mismo, veían cómo cada día el maná caía del cielo y aunque quisieran estrenar ropa nueva, no era necesario, porque siempre estaban en buenas condiciones.

¡Los que un día fueron libres prefirieron volver a ser esclavos que pasar tanto tiempo en el desierto!

Tal vez en estos días has sido tentado a volver al pasado del que fuiste liberado, puede que algo haya despertado en ti el volver a tus costumbres anteriores, pero hoy quiero decirte: No vuelvas a Egipto, no retornes a donde sólo hallarás esclavitud. Si Dios te dio libertad y te limpió de todo pecado fue para permitirte conquistar nuevas tierras y bendiciones ¿Por qué retornar ahora? Quizá te encuentres pasando por un mal momento, pero no es razón suficiente para que extrañes la vida que un día dejaste y que no te trajo ningún bienestar.

Aún si piensas que antes de conocer a Jesús todo iba bien, pero ahora que te acercas a Él las cosas van de mal en peor ¡No añores volver al pasado para continuar disfrutando de aquello que no edifica tu vida! Es hora de abandonar Egipto y caminar en dirección a la tierra prometida que Dios tiene para ti; tus días  futuros serán mejores.

“Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer.” Isaías 43:18 (NTV)

Por Ruth Mamani.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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