¿Es posible volver a caer atados en el pecado después de ser liberados de él? ¡Por supuesto que sí!

Es increíble cómo funciona nuestro sistema inmunológico cuando ingresa un cuerpo extraño a nuestro organismo, porque desde el momento que es detectado como nocivo, se activan los anticuerpos (células y órganos que trabajan juntos para eliminar las bacterias, virus y otros organismos extraños que pueden ingresar al cuerpo).

De una forma similar sucede en nuestra vida espiritual, como hijos de Dios contamos con el   Espíritu Santo quien actúa en nuestra defensa para contrarrestar toda agresión del enemigo y así poder continuar viviendo en libertad.

Sabemos que satanás va diseminando nuevos virus y bacterias espirituales para provocar nuestra caída y si nuestro sistema inmunológico no está preparado para reconocerlo como nocivo seremos vulnerables a caer en sus trampas. Ahora te pregunto, ¿Cómo están tus anticuerpos espirituales? ¿Qué estás haciendo para contrarrestar a los nuevos ataques que el enemigo va planeando en tu contra?

Efesios 6:10-12 (RVR) dice: Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Pablo dice que tienes que fortalecerte en el Señor  y en el poder de su fuerza y que además  te vistas con su armadura para no ser presa fácil del enemigo.

Fortalecerse en el Señor implica pasar tiempos de calidad con Él para hacer de cada prueba una oportunidad de crecimiento. Sabiendo que nuestras luchas son grandes y que muchas veces nos toca lidiar con la educación de nuestros hijos, el aprender a relacionarnos con los demás y aún de llevar adelante un ministerio, estos son sólo ejemplos de desafíos que enfrentamos diariamente  y que para alcanzar la victoria a cada uno de ellos tenemos que librar verdaderas batallas espirituales.

Si hay algo realmente alentador es saber que tenemos a un Dios que no nos ha dejado solos en el campo de batalla. Por ello es importante tomar en cuenta lo que La Biblia dice acerca de revestirnos con la armadura espiritual para que podamos vencer y estar firmes en nuestra fe. ¡Un soldado no puede ir a la guerra sin las armas adecuadas! Y más aún cuando estas son cada vez de mayor sofisticación.

¿Cómo te estas equipando para hacer frente a satanás?

Recuerda que nuestra lucha no es contra la persona que está a nuestro lado, sino contra todo espíritu de maldad. Por ellos es hora de activar nuestro sistema inmunológico espiritual y vestirnos de la armadura que Dios nos ha dado para contrarrestar a todo ataque infernal.

Por Ruth Mamani

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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