Nadie puede decir que conoce a una persona sino pasa tiempo con ella, sino le habla, no la escucha ni se interesa en sus cosas. Tampoco puede decir que la ama sino confía en ella.

Tanto en el Antiguo Testamento (Deuteronomio 6:5) como en el Nuevo (Marcos 12:30) tenemos el mismo mandamiento: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.

Esto quiere decir que si verdaderamente amo a Dios debo demostrárselo con mis pensamientos, sentimientos, intenciones, actitudes, con todo lo que soy y lo tengo. En otras palabras, amo a Dios al obedecer su Palabra, al darle el primer lugar en mi corazón y al vivir agradándole a Él.

No seamos como el joven rico (Lucas 18:18-30) quien decidió no seguir a Jesús porque las riquezas eran lo más importante para él y no estuvo dispuesto a renunciar a ellas.

Es muy importante que diariamente nos hagamos un autoanálisis y respondamos sinceramente preguntas como estas: ¿Qué es lo que ocupa mi mente todo el tiempo?, ¿Estoy amando a Dios por sobre todas las cosas o hay algo o alguien que está ocupando su lugar en mi corazón?, ¿A quién trato de agradar todos los días? ¿Cuánto valor tienen para mí, mi Creador y mi Salvador?

Si alguien afirma: “Yo conozco a Dios”, pero no obedece los mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad; pero los que obedecen la palabra de Dios demuestran verdaderamente cuánto lo aman. Así es como sabemos que vivimos en él. Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesús vivió. 1 Juan 2:4-6 (NTV)

Correspondamos al amor de Dios, sin condición alguna, reconociendo y agradeciendo su infinita bondad y misericordia porque merecíamos morir por nuestros pecados, pero gracias a que Cristo ocupó nuestro lugar en aquella cruz, fuimos perdonados y reconciliados con nuestro Padre Celestial, y ahora podremos gozar de vida eterna al lado suyo.

Sólo quien conoce a Dios, hace su voluntad y vive cada día agradándolo.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario