El Dr. James Kennedy transcribe  una anécdota del gran escritor Sir Walter Scott. Se cuenta  que este último fue molestado por un perro vagabundo, entonces  el hombre cogió una piedra y la lanzó al animal intentando espantarlo, pero la piedra era bastante grande y la arrojó con tal fuerza que golpeó al perro, lastimándolo seriamente. En vez de enfurecerse o escapar, el animal saltó hacia él y le lamió la mano, algo que Sir Walter Scott no olvidó nunca.

El transcriptor de esta anécdota comenta: “Nosotros también hemos lanzado piedras a Dios; cada pecado, cada acto de rebelión es una piedra que tiramos contra Él. Pero Cristo no vino a este mundo con relámpagos amenazadores como podría haber venido, sino con los brazos extendidos sobre la cruz, y allí miles de hombres han encontrado el amor que perdona y salva, el cual les ha habilitado a ellos mismos para perdonar a sus enemigos y amarlos en verdad”

En estos días recordamos cómo Dios, aun habiendo sido ofendido por nosotros y sabiendo que le fallaríamos decidió enviar a su Único hijo para perdonar nuestros pecados y darnos la oportunidad de disfrutar una eternidad junto a Él.

Siguiendo el gran ejemplo del Maestro, debemos amar a nuestros enemigos, a aquellos que nos ofenden y deciden lanzarnos piedras constantemente. Si queremos ser verdaderos discípulos de Jesús debemos seguir también su mandamiento de amar a nuestros enemigos y no hay mejor momento que este para que puedas perdonar y demostrar el amor de Dios en tu vida.

“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Juan 3:16 (NTV)

No hay mejor regalo que el que Dios nos dio al enviar a su Único hijo al mundo para perdonar nuestros pecados, darnos esperanza y vida eterna. Comparte este hermoso regalo con todos los que te rodean y que esta navidad sea un tiempo de gozo, paz, reconciliación, perdón y gratitud.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario