En diferentes circunstancias expresamos la necesidad de Dios y su favor: “¡Señor te necesitamos, ayúdanos!”, como cuando estamos asustados, con miedo o alentando a alguien que lo precisa. Si bien siempre tenemos la posibilidad de correr a Sus brazos, tendríamos que reflexionar si nuestra relación con el Señor es sólo una apariencia o es real en nuestras vidas.


Por esta razón, Jesús confrontó a los fariseos en diferentes oportunidades en las que reflejaban simplemente apariencia, mencionando: “¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo: “Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está muy lejos de mí.” Mateo 15:7-9 (LBLA)


La palabra hipócrita proviene de la palabra griega hypokrites que significa “actor de teatro”; es decir, es alguien que pretende ser lo que no es. En este caso, el Señor manifiesta su malestar por la actitud fingida de estos hombres, porque a pesar de que conocían las escrituras e incluso las enseñaban, la realidad es que estaban lejos de Dios.


Si conoces la Palabra de Dios y no la obedeces, si enseñas y no practicas lo que dices, entonces eres un hipócrita. Lamentablemente, muchos perdieron grandes bendiciones por separarse del Señor, pero aquellos que realmente tomaron la decisión de estar con Él cambiaron el rumbo de sus vidas.


¿Estás dispuesto a acercarte a Dios?

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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