“«Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos. “Isaías 55:8-9  (NTV)

Cuando mi hija me pide algo, que sé que no está bien para ella, y se lo niego, generalmente reacciona con berrinches, es su manera de comunicar su desacuerdo por su corta edad. Pero prefiero lidiar con su enojo, antes de darle algo que no es bueno para su vida y perjudicarla en el futuro.

Hay ocasiones en que reaccionamos de esta misma manera con Dios, enojándonos o  inclusive alejándonos de Él por no sentir su defensa o su actuar a nuestro favor.

¿Dios debe responder a cada una de nuestras oraciones y necesidades? Sí, pero no precisamente debe actuar de acuerdo a lo que creemos que sería conveniente para nuestra vida  sino que será según lo que Su soberanía y sabiduría divina dispongan.

Ahora, si acudimos a Dios para obtener algo a nuestro favor, seremos constantemente decepcionados porque Él no complacerá deseos que estén lejos de sus propósitos y que no estén alineados a la eternidad.

No dejemos que un aparente “no” o “espera” de Dios en respuesta a nuestras oraciones y necesidades hagan que nos alejemos de Él, pues si tenemos presente que sus planes y pensamientos son mejores que los nuestros, podremos perseverar y estar en paz a pesar de los obstáculos ¡Porque sabemos en quién hemos confiado!

¡Él quiere lo mejor para ti!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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