“Pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado. Y Caín se enojó mucho y su semblante se demudó” Génesis 4:5 (NTV)

Caín sabía que la ofrenda que recibió Dios de parte de Abel era lo mejor de todo su esfuerzo y de corazón. Debía sentirse alegre por ello, pero en lugar de eso, se enfureció contra su hermano, porque se había llenado de envidia.

¿Qué actitud tomamos ante una situación así? ¿Nos alegramos al ver la prosperidad de otros?

Sabemos que tenemos un Dios bueno y soberano, que Él bendice las manos de los que se esfuerzan. Por lo tanto, debiéramos celebrar con gozo los éxitos y logros de los demás, para algún día también festejar los nuestros.

“Porque el Señor tu Dios te bendecirá en todos tus productos y en toda la obra de tus manos; por tanto, estarás realmente alegre.” Deuteronomio 16:15  (LBLA)

Por Cristhian Castillo

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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