Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Mateo 6:6

¿Haces lo que Jesús te pide que hagas? ¿Entras todos los días en tu aposento de oración?

Buscar a Dios en lo secreto, o estar a solas con Él, trae grandes bendiciones porque solo en Él podrás encontrar todo aquello que necesitas: amor, paz, alegría, afecto, cariño, consuelo, fortaleza, vida  y, principalmente, alivio para soportar todas tus cargas.

Si aun no sabes cómo proceder para buscar el rostro de Dios y tener una comunión personal y estar a solas con ÉL, Jesús en Mateo 14:23 nos da un claro ejemplo: “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.”

Cuatro cosas importantes que debemos hacer para estar a solas con nuestro creador.

1.- Despide la multitud. Si queremos estar a solas con Dios y nos hemos propuesto hacerlo, debemos  comenzar a “despedir la multitud.”  Es decir, despedir todo aquello que puede ser un estorbo  para nuestro momento de oración. Jesús no sólo despidió a la multitud sino que antes de eso despidió primero a sus apóstoles.  Después de esto, estaba solo, sin la multitud y sin los apóstoles.

2.- Sube al monte.  Jesús subió al monte.  Esto es muy importante para cada uno de nosotros.  Porque el monte representa la presencia de Dios.  Leyendo Hebreos encontramos que los creyentes en Cristo tenemos acceso directo a la presencia de Dios, al monte de Sión en los cielos. “Si no que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial…”Hebreos 12:22

3.- Cuando llegue la noche. Es impresionante esta palabra, ya que en nuestra vida pasamos adversidades de distintos tipos.  La noche representa  la oscuridad de problemas que se nos presentan.  A Jesús no lo detuvo la noche (Problemas o pruebas), posiblemente se encontraba cansado de tanto caminar, pero Él no se detuvo en su búsqueda ni dejó que nada estorbe su comunión con el Padre.

4.- A solas con Él. Aunque parecía que Jesús estaba  solo en medio de la noche en ese monte, en realidad no era así,  estaba con Dios. Jesús había separado un tiempo a solas con su Padre, para después seguir con su llamado.

Si tú pasas tiempos a solas con Dios, si buscas su rostro, y no cambias ese momento especial por nada ni nadie, podrás disfrutar de su presencia y recompensa en público.

 
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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