Durante la segunda guerra mundial, un joven soldado se casó y llevó a su esposa a vivir al destacamento militar, enclavado en un lugar árido y desolado.

Su esposo estaba fuera de casa la mayor parte del día y ella se sentía abandonada y aburrida. Un día, le escribió a su madre en estos términos: “No me gusta que mi esposo me deje tanto tiempo sola. Éste es un lugar horrible para vivir. Mamá, me vuelvo a casa”.

La madre contestó la carta con una sola frase: “Dos hombres miraban a través de los barrotes de una prisión; uno veía lodo; el otro estrellas”. La joven esposa entendió el mensaje y decidió buscar las “estrellas”. Se informó acerca de la zona, investigó sobre las flores silvestres, estudio el idioma y aprendió las comidas típicas.

Para cuando terminó el período de servicio de su esposo, estaba tan fascinada con el desierto que había escrito un libro acerca del tema. Su equivocada manera de pensar la había llevado a resaltar el lado negativo de todo lo que la rodeaba.

Cuántos de nosotros procedimos alguna vez de la misma manera que esta joven esposa; tal vez al mudarnos a una nueva ciudad, empezar un nuevo trabajo, la universidad o el colegio, al asistir a una nueva iglesia o servir en un nuevo ministerio, y al final nos dimos cuenta que no todo era malo. Al principio seguramente fue complicado, como todo lo que se inicia por primera vez, pero a medida que empezamos a conocer el lugar, que nos familiarizamos con las personas y conocimos cómo funcionaban las cosas, llegamos a sentirnos uno más de ellos y a disfrutar cada día.

Si tú eres una de esas personas que está iniciando una nueva etapa en su vida y te has estado quejando o juzgando todo antes de conocer las cosas, por tu bien te aconsejo que no sigas actuando de esa manera, cambia tu manera de pensar y de ver todo lo que te rodea, date la oportunidad de conocer a las personas y el lugar donde te encuentras; solo así podrás tener un verdadero fundamento para decidir dar un paso atrás o seguir adelante.

Hay oportunidades que solo se nos presentan una sola vez en la vida, por esa razón, es que debemos pedirle a Dios sabiduría, discernimiento y dirección para no equivocarnos o perder cosas valiosas que nos costarán mucho tiempo recuperarlas, en caso de ser posible; sino más bien obtener todas las bendiciones que Él preparó para cada uno de nosotros.

Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto. Romanos 12:2 (TLA)

¡En cuanto cambiemos nuestra forma de pensar, cambiará nuestra manera de vivir!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario