“Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.” NTV Hebreos 12:15
Sabemos que no puede haber matrimonios perfectos, cuando quienes lo forman, son por naturaleza imperfectos. Por lo tanto y aún con buenas intenciones, los cónyuges suelen causarse heridas que de no ser sanadas pueden llevar al resentimiento, falta de perdón o amargura. Es en estas situaciones donde debemos aplicar el perdón. Si aún el orgullo de querer tener razón te gana para no pedir perdón a tu pareja, pídele ayuda de Dios. En su palabra menciona: “No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu dice el SEÑOR Todopoderoso” Zacarías 4:6 NBD.
Por Danitza Luna
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.