“Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz.” Job 22:28

Una decisión es elegir una opción entre varias, por lo que implicará ganar y también perder. Ganarás aquello por lo que decidiste, sin embargo perderás aquellas opciones a las que renunciaste, ¡por eso que cuesta tanto decidir! A nadie le gusta perder y por esto es que  para escoger algo necesitas firmeza de carácter;  eso mismo pide Dios para resplandecer luz en tu camino.

Si uno toma la decisión de casarse, está claro que se ha resuelto por una persona, renunciando a las demás. Si entras a un restaurant tendrás diferentes opciones de platos para escoger, entonces elegirás el que más te plazca y renunciarás a los otros, aunque sean igual de deliciosos. De igual forma sucede cuando decides orar en las madrugadas y debes renunciar al sueño y comodidad.

En esta oportunidad me gustaría darte unos consejos para tomar una buena decisión:

Debes fijar fechas, pensar a corto y largo plazo, determinar objetivos, analizar el rumbo de tu vida y planificarla. Toda decisión debe ir acompañada una buena planificación, dependerá de los propósitos que tengas para el futuro.

Has una lista de pros y contras de las opciones que tienes y decide por lo que es más importante para ti. Pregúntate: ¿Qué quisiera ganar o que perder? Has una lista de los beneficios y busca soluciones para las dificultades que podrías tener.

Toma la decisión y enfrenta las consecuencias, tienes que saber que toda decisión implica riesgo, por lo tanto, no te paralices por el miedo. Analizar ahora los posibles problemas nos ayudaran a tener paz para luego asumirlos.

Nunca tomes una decisión al calor de tus emociones, si estás alterado o ansioso, lo más probable es que te equivoques, deja de correr y analiza.

Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Salmos 37:5

Y el consejo más importante que quiero dejarte es encomendar al Señor tu camino y por tanto, tus decisiones. Si no sabes qué carrera elegir, no estás segura de tu pareja futura, no sabes si viajar o no, qué negocio emprender, si estás angustiado porque no sabes qué decisión tomar pídele a Dios que te ayude, confía en Él y Él hará.

Una buena decisión no se toma una vez, sino cada minuto del día, no importa si estás con ganas o no de cumplirla, tu elección debe ser tan firme que debe estar por encima de lo que sientes. Del mismo modo, Dios quiere que seas firme en la decisión de seguirlo, que estés de rodillas aunque no sientas hacerlo, que lo busques aunque estés desanimado, que lo obedezcas a pesar que sea difícil.

¡No tomes tus decisiones solo! Dios está contigo.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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