Ahora que ya llegamos al último mes del año y que estamos a un paso de comenzar uno nuevo, tendemos a autoevaluarnos y ver que logros y metas que conseguimos a lo largo del año; así como a plantearnos nuevos objetivos.

Dios nos manda a no conformarnos con todo lo que ha sucedido y lo que hoy somos, esto no quiere decir que ambicionemos todo  si no que no nos quedemos estáticos en nuestro sitio. Él nos llama a renovarnos en mente, alma y espíritu.

Si en realidad queremos un cambio notorio el año que viene, las cosas no deben seguir siendo del mismo modo, a medida que la mente se renueva, las actitudes van cambiando y los resultados también.

A fin de año muchos desean cambiar de apariencia, de residencia, darle otra decoración a sus casas, renovar su auto, sus objetos en casa, etc. con el único propósito de comenzar de forma diferente el año nuevo.

Así como nos afanamos en renovar lo que nos rodea o lo exterior de nosotros, ocupémonos en renovar nuestras vidas, analicemos qué es lo que no queremos y lo que deseamos para nosotros y las personas que amamos para estos nuevos tiempos.

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Efesios 4:22-24 (RV-1960)

Hoy te invito a cambiar y renovar tu mente, un nuevo tiempo es señal de nuevas oportunidades, no continúes siendo el mismo, puedes ser mucho mejor de lo que eres.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario