“No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.” Gálatas 6:7 (NVI)

A veces uno cree que sus acciones o decisiones no tendrán consecuencias, pero la verdad es que todo lo que se siembra se cosecha.

Todo lo que haces o dices son como semillas de una planta que con el tiempo darán su fruto, bueno o malo. Por eso, tú y nadie más tú decides lo que quieres cosechar en un futuro; por lo tanto, debes pensar y analizar en lo que estás sembrando. ¿Son cosas buenas o malas? ¿Te traerán gozo o sufrimiento?

“Siembra maldad y cosecharás desgracia; con el palo que pegues, serás golpeado.” Proverbios 22:8 (TLA)

Es verdad que los hijos de Dios atravesamos por diversas pruebas y tentaciones del enemigo, pero la mayoría de los problemas o dificultades que pasamos son por cosas que hemos sembrado anteriormente.

Por ejemplo, si descuidas tu familia, la tratas mal o abandonas, no esperes tener una familia unida o que te amen en un futuro. Lo que hagas con ellos cosecharás más adelante.

Lo mismo sucede en la vida espiritual, mira lo que dice la Biblia: “Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna.” Gálatas 6:8 (NTV)

Estoy seguro que quieres tener una vida bendecida, una buena familia, hijos excelentes, un trabajo honrado, etc. Entonces, empieza a trabajar en cambiar aquellas cosas malas y siembra cosas buenas que te traigan satisfacción y resultados que te alegren.  

“Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos.” Gálatas 6:9 (NTV)

¡Siembra todo aquello que quieres cosechar!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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