Hay muchas cosas que son prohibidas en la vida, y es para salvarnos de las terribles consecuencias; sin embargo, muchos caen en la mentira de que pueden escapar de las secuelas y salir ilesos.

Ante cualquier tentación tenemos una decisión que tomar: Huir o exponerse, y ambas tienen diferentes resultados. Es falso creer que se puede entrar al agua y salir seco, obviamente te mojarás por más que sólo sea una parte del cuerpo.

Proverbios 6:27-29 (RVR1960) dice claramente: “¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan?  ¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen? Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare.”

El adulterio es uno de los pecados que se está apoderando de los hogares y está haciendo estragos no sólo en los cónyuges sino que, lamentablemente, las consecuencias llegan a las vidas de los inocentes hijos que no tienen ninguna culpa pero cargan con el dolor de padres que creyeron que podían jugar con fuego y no quemarse.

Si te enfrentas a cualquier situación que puede llevarte a la infidelidad no lo pienses ni un segundo más y ¡huye! Así como José escapó de la tentación, fue radical y prefirió no fallar a Dios y a quien puso su confianza en él antes que perderse en una “aventura”

Ningún problema justifica una infidelidad, no hay nada que se pueda decir delante de Dios para justificar esta errada decisión. Si has caído en este mal, ¡arrepiéntete y busca de Dios para que Él te ayude a ser radical y ser fiel!

No olvides que si continúas con este pecado atraerás sufrimiento no sólo a ti, sino a los seres que te aman.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario